Cambio de dominio.
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Autor: Rétif de la Bretonne
Editorial: El Olivo Azul, Córdoba 2009
Páginas: 213
ISBN: 13-978-84-936637-7-3
PVP: 18,00 €
Qué duda cabe, que la Revolución Francesa y todo lo que la rodeo goza de una buena prensa historiográfica.
Qué duda cabe, que la Revolución Francesa, es considerada por algunos como el símbolo del progreso, como el inicio de una nueva época de libertad, como la liberación del hombre, como la destrucción de la esclavitud y del poder de la iglesia; en resumen, como la época portadora de luz, en un mundo que vivía entre las tinieblas.
No es el momento para deshacer todo esos mitos, pero en resumen sí podemos decir que ni la humanidad había vivido en las tinieblas ante la llegada de la Revolución, ni la humanidad ha vivido a la luz de la razón tras la revolución.
Hoy presentamos una obra esencial para conocer el periodo revolucionario, no en su historia, ni en sus hechos, pero sí en su espíritu. Rétif de la Bretonne, escritor francés que si bien gozó de fama en su época, ha sido sumido en el olvido, incluso dentro de su propio país, nos acerca de forma amena a los hechos que conmocionaron el mundo, e hicieron temblar la historia desde 1789 a 1793.
Rétif, que tenía a gala llamarse “el búho de Paris”, ejercita de tal, y nos trasmite el ambiente revolucionario en que vivió Paris en todo este periodo histórico. Efectivamente, “las noches revolucionarias” es un conjunto de impresiones, y de vivencias, a medio camino entre el diario y la narrativa, entre las memorias y la ficción, que nos describen las convulsa historia parisina entre 1789 y 1793 (entre la Asamblea Nacional y el Régimen del Terror).
Eso sí, que nadie se llame a engaños, Rétif no tiene nada de moderado, y las pocas palabras laudatorias al Antiguo Régimen, tienen más de concesión a la verdad, que de declaración de sentimientos. Efectivamente, el autor llega a decir que “¡durante veinticinco años he vivido en Paris más libre que el aire! Bastaban dos condiciones para que cualquiera fuera libre: ser honrado y no publicar panfletos contra los ministros. Todo lo demás estaba permitido, y jamás me coartaron la libertad. Ha sido el comienzo de la Revolución cuando un miserable ha logrado que me detuvieran dos veces…” Aunque el autor realiza dichas afirmaciones por una vivencia personal, que no viene al caso referir, no deja de ser una gran verdad: la Revolución no trajo la libertad, es más, fue la principal enemiga de la libertad.
Rétif de la Bretonne, nos cuenta la Revolución sin ningún tipo de poesía, con la crudeza que hoy nos quieren hacer olvidar. La Revolución no fue democrática, no fue la imposición de las ideas de la mayoría, a una minoría nobiliaria o aristocrática. La Revolución, fue la lucha de unas élites culturales, no sólo contra el rey y la nobleza, sino contra la Iglesia y el pueblo francés, pueblo que sólo pudo vivir tras humillantes claudicaciones, tras numerosas cesiones, y bajo la presión del terror y del crimen.
El lector, leerá la Revolución sin poesía, la revolución de los robos, de las delaciones, de las muertes violentas, de las violaciones de jóvenes inocentes, de la degradación del hombre, de la crueldad de la masa, de los efectos del miedo.
Las condenas sin juicio y las matanzas indiscriminadas de religiosos y aristócratas, tanto en la prisión de “La Abadía” como en las prisión de Saint- Firmin, son acontecimientos en los que ha de reparar el lector actual; acontecimientos que nos recuerdan otros más cercanos en el tiempo, como fueron los luctuosos acontecimientos de la Revolución Rusa o la Guerra Civil Española del 36. Igualmente, es episodio imprescindible la descripción del ataque a la libertad de prensa, mediante el cierre y la persecución de los directores de los periódicos “La Chronique de Paris” y “Le Patriote Fraçais”, por militar ambos bajo la “moderada” bandera girondina.
Pero lo más sorprendente de “las noches revolucionarias” es el sentir exculpatorio que nos transmite su autor. Así, ante la matanza de curas inocentes, de la Bretonne llega a afirmar que “los deseos de una sociedad no son ni buenos ni malos; cuando una sociedad, o su mayoría, quiere algo, siempre es justo”, aunque ese algo sea la muerte de inocentes, sea la violación de jóvenes, o la crueldad injustificada.
Sin duda un libro clarividente, de lectura muy recomendable, donde el lector presente constatará que el progresismo nada ha cambiado, que es atávico, cruel, violento y sobre todo irracional, no en vano Rétif de la Bretonne, en un pasaje inolvidable ya nos dice que “la minoría siempre es culpable, aunque tenga la razón moral”; es decir como siempre, la fuerza del número, no la fuerza de la verdad.
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