Entre los asistentes se contaba con la presencia del nuncio d. Manuel Monteiro, que sin duda se quedaría pasmado por los potajes mentales que es capaz de hacer el señor Rodríguez. Así, pudo escuchar como el presidente del gobierno trataba de enervar las fundadas críticas hacia su ejecutivo en el sentido de amordazar a las libertades ciudadanas, llegando a afirmar que “no es verdad que el ejecutivo disuelva la democracia”.
Eso sí, a renglón seguido, trato de impedir a la Iglesia española sus libertades democráticas, al instarla a que se metiere en sus cosas, “cada uno en su casa”. Pero, ¿no habías llegado a la conclusión de que la democracia es la casa de todos?, ¿es que tal vez, los sindicatos, los partidos políticos, las asociaciones de jueces, las corporaciones empresariales, los gremios del cine y del espectáculo (que no del arte), si pueden manifestar sus ideas, sus preferencias, criticar, apoyar, aplaudir o abuchear a los gobiernos de turno, y sin embargo la Iglesia y los católicos no?. ¿Tal vez el presidente nos quiso decir que los intelectuales no afectos a la progresía no tienen derecho a pensar, y mucho menos a manifestar en público sus ideas?, esto, si que es un ataque no sólo a la democrácia, que nada significa, sino a la libertad, que lo es todo.
Rodríguez Zapatero aceptó el “caldito” al que le quiere invitar el nuncio Monteiro, sin embargo lo que no dijo, es que el plato principal de dicha comida será, sin duda, el indigesto potaje mental de nuestro afable y sonriente presidente de la discutida y discutible España.
C.P.R.
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