Cambio de dominio.
Desde el día 01/04/2010 este Blog continuará en la dirección www.circulocarlista.com. Ya estamos trabajando en el traspaso de todos sus contenidos. Desde hoy, la edición digital del Boletín Carlista de Madrid, se encargará de mantener informados a todos los carlistas.
Cuando a la muerte del rey D. Fernando VII, mi muy querido hermano y señor, la divina Providencia me llamó al trono de España, confiándome el bien de la monarquía y la felicidad de los españoles, lo consideré como un deber sagrado; penetrado de sentimientos de humanidad y confianza en Dios, he consagrado mi existencia entera a cumplir tan difícil y penosa misión.
En España como fuera de ella, al frente de mis fieles súbditos, y hasta en la soledad del cautiverio, la paz de la monarquía ha sido constantemente mi único anhelo y el fin principal de mis desvelos. En todas partes mi corazón paternal ha deseado ardientemente el bien de los españoles. He debido respetar mis derechos, pero no he ambicionado jamás el poder; por lo tanto mi conciencia se halla tranquila.
Después de tantos esfuerzos, tentativas y sufrimientos soportados sin éxito, la voz de esta misma conciencia y los consejos de mis amigos, me hacen conocer que la divina Providencia no me tiene reservado el cumplir el cargo que me había impuesto, y que es llegado el momento de trasmitirlo al que los decretos del altísimo llaman a sucederme.
Renunciando pues como renuncio a los derechos que mi nacimiento y la muerte del rey don Fernando VII, mi augusto hermano y señor, me dieron a la corona de España, trasmitiéndolos a mi hijo primogénito Carlos Luis, príncipe de Asturias, y comunicándolo a la España y a la Europa por los solos medios de que puedo disponer, cumplo un deber que mi conciencia me dicta, y me retiro a vivir libre de toda ocupación política, y pasaré lo que me queda de vida en la tranquilidad doméstica y en la paz de una conciencia pura, rogando a Dios por la felicidad, la gloria y la grandeza de mi amada patria.
Bourges 18 de mayo de 1845.
Firmado. – Carlos.
VER TODOS LOS DOCUMENTOS DE LA ABDICACIÓN DE S.M. DON CARLOS V Y LA ACEPTACIÓN DE S.M. CARLOS VI
En España como fuera de ella, al frente de mis fieles súbditos, y hasta en la soledad del cautiverio, la paz de la monarquía ha sido constantemente mi único anhelo y el fin principal de mis desvelos. En todas partes mi corazón paternal ha deseado ardientemente el bien de los españoles. He debido respetar mis derechos, pero no he ambicionado jamás el poder; por lo tanto mi conciencia se halla tranquila.
Después de tantos esfuerzos, tentativas y sufrimientos soportados sin éxito, la voz de esta misma conciencia y los consejos de mis amigos, me hacen conocer que la divina Providencia no me tiene reservado el cumplir el cargo que me había impuesto, y que es llegado el momento de trasmitirlo al que los decretos del altísimo llaman a sucederme.
Renunciando pues como renuncio a los derechos que mi nacimiento y la muerte del rey don Fernando VII, mi augusto hermano y señor, me dieron a la corona de España, trasmitiéndolos a mi hijo primogénito Carlos Luis, príncipe de Asturias, y comunicándolo a la España y a la Europa por los solos medios de que puedo disponer, cumplo un deber que mi conciencia me dicta, y me retiro a vivir libre de toda ocupación política, y pasaré lo que me queda de vida en la tranquilidad doméstica y en la paz de una conciencia pura, rogando a Dios por la felicidad, la gloria y la grandeza de mi amada patria.
Bourges 18 de mayo de 1845.
Firmado. – Carlos.
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