Michael O’Brien demostró hace tres años en ‘El padre Elías’ (el ‘best seller’ con el que LibrosLibres lo introdujo en España) que es uno de los novelistas contemporáneos que mejor sabe combinar dos cosas: acción trepidante a ritmo de ‘thriller’, y un mensaje crítico hacia la ideología de nuestro tiempo.
Los mismos elementos, pero quizá más depurados, los encontramos en ‘La última escapada’, tercera novela que publica en nuestro país. Nos cuenta la historia de Nathaniel Delaney, un periodista que dirige un medio local en una pequeña ciudad de Canadá, y que comienza a denunciar desde sus páginas la deriva totalitaria del gobierno. Los dirigentes del país se llenan la boca con palabras grandilocuentes (paz, tolerancia, igualdad: ¿les suena?), e intentan imponer desde la escuela la ideología de género, la apología de la homosexualidad y el desprecio a la familia tradicional (¿les suena?), persiguiendo con saña a los discrepantes (¿les suena?). Nathaniel se opondrá a todo ello incluso sacando a sus hijos del colegio, y será entonces cuando la maquinaria del poder caiga sobre él implacablemente.
Ahora bien, ‘La última escapada’es algo más que eso. Como obra literaria figura entre lo mejor de Michael O’Brien, sobre todo por su tratamiento de los personajes, y en particular de Nathaniel. La acción comienza muy pronto, y el autor la interrumpe de cuando en cuando para, casi siempre en ‘flash back’, rendirnos cuenta de cómo cada cual ha llegado al lugar en el que está: el padre de Delaney, sus hijos (excelente el retrato de su niña pequeña), sus amigos, su mujer, de quien está separado, etc.
Pero sobre todo penetra en el corazón de Nathaniel. Cuando comprende cuál es su situación, cuáles las responsabilidades que ha contraído y qué inmenso es el poder despiadado al que resiste, echa la vista atrás para examinar críticamente lo que ha sido su vida. Esa confesión sincera que desnuda su alma ante el lector dibuja un hombre enfrentado, como podamos estarlo cualquiera de nosotros, a sus errores, a sus miedos, a sus ilusiones rotas. Capaz de todo por sus hijos, pero al mismo tiempo corroído por la duda de si no ha sido para ellos más un mal que un bien. Su fe humana se tambalea, pero su fe divina se acrecienta a medida que se acerca la hora de la verdad.
Delaney resulta muy próximo al lector, y ésa es una de las virtudes de ‘La última escapada’. Sobre todo al lector español. La obra se publicó en Estados Unidos hace algunos años, pero parece escrita para esta España en la que José Luis Rodríguez Zapatero pone en funcionamiento todos los mecanismos de dominación ideológica que posee, con un objetivo y un lenguaje que apenas se diferencia del que utilizan los perseguidores de Nathaniel.
Ése es el ‘mensaje’ de Michael O’Brien: prevenirnos contra el totalitarismo encubierto, disfrazado de corrección política, que amenaza al mundo, y no solamente a nuestro país ni al suyo.
Acción, introspección y mensaje: cada uno de ellos es un argumento para leer esta obra. Pero juntos configuran una novela que probablemente no olvidaremos nunca.
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