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CIUDAD DEL VATICANO, 28 OCT 2009 .-En la audiencia general de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa habló sobre una serie de hechos que, durante el siglo doce, dieron lugar al renacimiento de la teología latina.
"En este tiempo -explicó-, en Europa occidental reinaba una relativa paz, que aseguraba a la sociedad desarrollo económico y consolidación de las estructuras políticas y favorecía una actividad cultural viva gracias también a los contactos con el Oriente. En la Iglesia se advertían los beneficios de la vasta acción conocida como "reforma gregoriana", que condujo a "una mayor pureza evangélica en la Iglesia, sobre todo en el clero" y a una expansión de la vida consagrada. Como fruto de ello, en el siglo trece despuntarán figuras como Santo Tomás o San Buenaventura.
Benedicto XVI afirmó que en este contexto, surgieron dos modelos diferentes de teología: la "teología monástica" y la "teología escolástica". Por lo que concierne a la primera, los monjes "eran devotos de las Sagradas Escrituras y una de sus principales ocupaciones consistía en la "lectio divina", es decir, la lectura meditada de la Biblia". Precisamente, añadió, el Sínodo de los Obispos de 2008 sobre la "Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia", recordó la importancia de este aspecto."
Como la teología monástica -dijo- es escucha de la Palabra de Dios, hay que purificar el corazón para acogerla, y sobre todo, se debe llenar de fervor para encontrar al Señor. La teología se convierte por tanto en meditación, oración, canto de alabanza e impulsa a una sincera conversión".
El Santo Padre subrayó que "es importante reservar un cierto tiempo cada día a la meditación de la Biblia, para que la Palabra de Dios sea lámpara que ilumina nuestro camino cotidiano en la tierra".
Refiriéndose a continuación al método de la "teología escolástica", el Papa señaló que "no es fácil de comprender para la mentalidad moderna. En él era fundamental la "quaestio", que consistía en un tema que tenían que afrontar" los maestros y los alumnos."
La organización de las "quaestiones" llevaba a la recopilación de síntesis cada vez más extensas, las llamadas "summae", que eran amplios tratados teológico-dogmáticos. La teología escolástica tenía como objetivo presentar la unidad y la armonía de la Revelación cristiana con un método, llamado precisamente "escolástico", que concede confianza a la razón humana".
Benedicto XVI concluyó poniendo de relieve que "fe y razón, en diálogo recíproco, vibran de alegría cuando ambas están animadas por la búsqueda de la unión íntima con Dios. (...) La verdad se busca con humildad, se acoge con estupor y gratitud: en una palabra, el conocimiento solo crece cuando ama la verdad".Fuente: VIS 091028 (460)
"En este tiempo -explicó-, en Europa occidental reinaba una relativa paz, que aseguraba a la sociedad desarrollo económico y consolidación de las estructuras políticas y favorecía una actividad cultural viva gracias también a los contactos con el Oriente. En la Iglesia se advertían los beneficios de la vasta acción conocida como "reforma gregoriana", que condujo a "una mayor pureza evangélica en la Iglesia, sobre todo en el clero" y a una expansión de la vida consagrada. Como fruto de ello, en el siglo trece despuntarán figuras como Santo Tomás o San Buenaventura.
Benedicto XVI afirmó que en este contexto, surgieron dos modelos diferentes de teología: la "teología monástica" y la "teología escolástica". Por lo que concierne a la primera, los monjes "eran devotos de las Sagradas Escrituras y una de sus principales ocupaciones consistía en la "lectio divina", es decir, la lectura meditada de la Biblia". Precisamente, añadió, el Sínodo de los Obispos de 2008 sobre la "Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia", recordó la importancia de este aspecto."
Como la teología monástica -dijo- es escucha de la Palabra de Dios, hay que purificar el corazón para acogerla, y sobre todo, se debe llenar de fervor para encontrar al Señor. La teología se convierte por tanto en meditación, oración, canto de alabanza e impulsa a una sincera conversión".
El Santo Padre subrayó que "es importante reservar un cierto tiempo cada día a la meditación de la Biblia, para que la Palabra de Dios sea lámpara que ilumina nuestro camino cotidiano en la tierra".
Refiriéndose a continuación al método de la "teología escolástica", el Papa señaló que "no es fácil de comprender para la mentalidad moderna. En él era fundamental la "quaestio", que consistía en un tema que tenían que afrontar" los maestros y los alumnos."
La organización de las "quaestiones" llevaba a la recopilación de síntesis cada vez más extensas, las llamadas "summae", que eran amplios tratados teológico-dogmáticos. La teología escolástica tenía como objetivo presentar la unidad y la armonía de la Revelación cristiana con un método, llamado precisamente "escolástico", que concede confianza a la razón humana".
Benedicto XVI concluyó poniendo de relieve que "fe y razón, en diálogo recíproco, vibran de alegría cuando ambas están animadas por la búsqueda de la unión íntima con Dios. (...) La verdad se busca con humildad, se acoge con estupor y gratitud: en una palabra, el conocimiento solo crece cuando ama la verdad".Fuente: VIS 091028 (460)
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