Cambio de dominio.
Desde el día 01/04/2010 este Blog continuará en la dirección www.circulocarlista.com. Ya estamos trabajando en el traspaso de todos sus contenidos. Desde hoy, la edición digital del Boletín Carlista de Madrid, se encargará de mantener informados a todos los carlistas.
Nicolás Rivero Muñiz (Las Callejas, Villaviciosa, 23 de septiembre de 1849- La Habana, 2 de julio de 1919) estudió en el Seminario menor de Valdediós, Villaviciosa, y de allí pasó al Seminario Concicliar de Oviedo, aunque en 1872 interrumpió sus estudios de teología en dicho centro para empuñar las armas en favor del pretendiente Carlos durante la III Guerra Carlista (1872-76).
Por méritos de guerra, alcanzó el grado de comandante, pero una vez finalizada la contienda tuvo que emigrar a Francia. La amnistía de 1876 le permitió regresar en diciembre de ese año a Oviedo y no desaprovechó el tiempo entonces, pues el 11 de octubre de 1878, obtuvo en esta ciudad el título de notario. No parece que llegara a utilizarlo, pues antes de que finalizara el año 1879 se encontraba en Cuba, al amparo de un destino burocrático: secretario del Ayuntamiento de Bauta, pero con la verdadera intención de buscar fortuna.
Nada más llegar a La Habana, fundó el periódico El Relámpago, que él mismo dirigía y redactaba en su totalidad. Fue ésta una publicación combativa, desde la cual, Rivero propagó sus ideales tradicionalistas y atacó a algunas autoridades, como el gobernador civil de La Habana, por su negligencia en el gobierno de aquella colonia. El mismo año de su fundación, 1881, El Relámpago fue suprimido por el capitán general de la isla, y su director deportado a España. Meses después volvió a la isla, donde en 1882, fundó, dirigió y escribió otro periódico, El Rayo, al que, una vez suspendido, sucedió La Centella. Las suspensiones por ataques a la autoridad se repetían, y tras ellas surgían otros tantos periódicos: El General Tacón, El Pensamiento Español y El Español, al lado de otros más comedidos como El Eco de los Voluntarios y El Eco de Covadonga.
A pesar de su historial carlista, en 1905 fue agraciado con la Gran Cruz de Alfonso XII, y a comienzos de 1919 -poco antes de fallecer- se le concedía el título nobiliario de conde de Rivero.
Rivero es autor de Retratos al minuto (1884), ¿Dónde está mi padre? (1884), unas interesantísimas Memorias, aparecidas en el Diario de la Marina (1911-14), y algunos libros de crónicas y de viajes publicados en La Habana: Vivir de milagro (1886), Recuerdos de viaje (1904), El Colorado (1905), Recuerdos de México (1911), Veinte días en automóvil por Francia y Suiza (1913) y El conflicto europeo (1916).
Fuente: http://bibliotecavirtual-pdf.blogspot.com/
Por méritos de guerra, alcanzó el grado de comandante, pero una vez finalizada la contienda tuvo que emigrar a Francia. La amnistía de 1876 le permitió regresar en diciembre de ese año a Oviedo y no desaprovechó el tiempo entonces, pues el 11 de octubre de 1878, obtuvo en esta ciudad el título de notario. No parece que llegara a utilizarlo, pues antes de que finalizara el año 1879 se encontraba en Cuba, al amparo de un destino burocrático: secretario del Ayuntamiento de Bauta, pero con la verdadera intención de buscar fortuna.
Nada más llegar a La Habana, fundó el periódico El Relámpago, que él mismo dirigía y redactaba en su totalidad. Fue ésta una publicación combativa, desde la cual, Rivero propagó sus ideales tradicionalistas y atacó a algunas autoridades, como el gobernador civil de La Habana, por su negligencia en el gobierno de aquella colonia. El mismo año de su fundación, 1881, El Relámpago fue suprimido por el capitán general de la isla, y su director deportado a España. Meses después volvió a la isla, donde en 1882, fundó, dirigió y escribió otro periódico, El Rayo, al que, una vez suspendido, sucedió La Centella. Las suspensiones por ataques a la autoridad se repetían, y tras ellas surgían otros tantos periódicos: El General Tacón, El Pensamiento Español y El Español, al lado de otros más comedidos como El Eco de los Voluntarios y El Eco de Covadonga.
A pesar de su historial carlista, en 1905 fue agraciado con la Gran Cruz de Alfonso XII, y a comienzos de 1919 -poco antes de fallecer- se le concedía el título nobiliario de conde de Rivero.
Rivero es autor de Retratos al minuto (1884), ¿Dónde está mi padre? (1884), unas interesantísimas Memorias, aparecidas en el Diario de la Marina (1911-14), y algunos libros de crónicas y de viajes publicados en La Habana: Vivir de milagro (1886), Recuerdos de viaje (1904), El Colorado (1905), Recuerdos de México (1911), Veinte días en automóvil por Francia y Suiza (1913) y El conflicto europeo (1916).
Fuente: http://bibliotecavirtual-pdf.blogspot.com/
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