Editorial: San Pablo, Madrid, 2009
Páginas: 206
ISBN: 978-84-285-3447-5
PVP: 8,00 €
“El camino espiritual de Tomás Moro”, efectivamente, su camino, el único camino que Santo Tomás Moro pudo recorrer para llegar a la santidad.
No es baladí el comentario, pues al aproximarse a la vida de un santo, de todo santo, el devoto percibe que no hay dos vidas iguales, ni dos caminos iguales, ni dos santidades iguales. Cada santo sigue su camino, terrenal y espiritual; lo que ya no es tan común es la especial actualidad de algunos santos. Sin saber cómo, ni porqué, algunos santos dormidos en los altares recobran su actualidad, y sus palabras y sus obras, son capaces de atravesar la historia, con paso firme y precisión salvífica.
Una de estas figuras es la de Santo Tomás Moro. Un santo tardío, pero muy actual, pues si bien su muerte se cifra en 1535, su canonización no se produce hasta el año 1935. Pero sin duda alguna, parte de su actualidad la hemos de encontrar en la proclamación en el año 2000, por Juan Pablo II, como patrono de los políticos y gobernantes.
Su vida estuvo marcada por el éxito; vivió en un convento cartujo hasta 1504, siendo un monje frustrado que en 1505 contrae su primer matrimonio. Abogado de éxito, jurista de valía, amantísimo padre de familia, filósofo consumado, llegó a la más alta dignidad como Canciller de Inglaterra en el reinado de Enrique VIII. Pero su vida, como la de tantos otros, se vio truncada terrenalmente por la firmeza de sus principios. Su negativa a prestar juramento antipapista, frente al surgimiento de la Iglesia Anglicana, determina su dura prisión, y su condena a muerte en 1535.
Es precisamente su resistencia al poder civil, lo que convierte a Santo Tomás Moro en un santo de actualidad. Aparentemente su juramente parecía fácil, pues tantos y tantos otras personalidades destacadas de la corte lo habían realizado sin sublevar por ello sus conciencias. Desde los altos puestos de la administración, desde su círculo de amigos, desde la opinión pública, el mensaje parecía claro: su juramento antipapista no tendría trascendencia alguna, abandonar la obediencia papal era el camino seguro, y la garantía del éxito político.
No obstante, Tomás Moro siguió el camino recto, que en muchas ocasiones es el camino difícil, y decidió transitar los caminos de la libertad, forjando así una personalidad, una vida preparada para la eternidad. Ni su educación, ni sus sueños de juventud, ni su vida de madurez parecían presagiar su fin, pero sus largas meditaciones, su humanismo, su estudio de lo divino, determinaron su camino, constituyendo a Moro en el hombre para la eternidad, como acertadamente lo llamaría Fred Zinnemann, en su film.
La edición que hoy presentamos, es la biografía humana del Santo Moro, biografía hábilmente conducida por Paloma Castillo, que sabe ver en el ser humano que fue Moro, los múltiples moros posibles, los moros que fueron y que constituyeron al santo, el moro erudito, el servidor público, el flexible político, el intransigente defensor de su fe, el padre de familia, el monje secreto, el rico terrateniente enemigo de la propiedad…
Una biografía actual, amena y de sumo interés para comprender el compromiso con la verdad, tantas veces ausente en nuestros presentes políticos y gobernantes.
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