
Ahora que se acerca el nuevo año 2008, es necesario mirar el camino que llevamos andado y valorar con esperanza el futuro.
Del camino andado se hace obligado recordar a los amigos que nos dejaron, y muy especialmente a Javier de Lizarza. Ellos nos enseñaron que nuestra misión es incidir en el tejido social para que nuestro credo sea conocido y valorado por todos, sin que el desaliento se haga presa de las voluntades y sabedores que los esfuerzos por la Santa Causa siempre son recompensados.
Mirando al futuro la esperanza se magnifíca, pues sabemos que el carlismo no puede morir al ser la continuidad de la Patria, de su historia, de su tradición, y sobre todo, de su religión.
Por todo ello, nuestra misión ha de ser, como siempre, conservar, difundir y acrecentar la doctrina tradicional, preparando el futuro de una España mejor, más justa y más cercano a Dios.
Que el recién nacido niño Jesús nos de la Fe, la Esperanza y la Caridad necesarias para preparar en nuestra Patria el camino de Dios.
C.P.R.
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